Relato I El visillo

El visillo sensual.


Creo que es tarde. Como casi todas las noches. Pero no importa, no tengo prisa, no madrugo mañana. Son las once treinta de la noche. El silencio es respuesta.

Un aroma irresistible me atrapa. Unos gemidos que sólo yo escucho me invitan a mirar. Al otro lado del visillo, tras el cristal, alguien observa sutilmente.

Vuelvo a levantar mi mirada del ordenador y la dirijo hacia mi ventana.

Les contaré que el visillo de mi ventana es salvajemente sensual. Cuando lo miro puedo ver su textura tan pura, tan delicada, tan salvajemente desafiante al mundo, que, al posar mis dedos en él, me muestra descaradamente su suavidad y sensualidad.

Realmente no sé que escribir; esta madrugada es fría y corta los sueños más profundos. Otras veces me fluyen muchas ideas y pienso en esos deseos, en esos sueños que aún quedan en el desván de mi mente, algunos perdidos sin consumir.

Necesito un aliento para poder seguir escribiendo... estoy sentada frente a esta ventana, intentando mirar más allá de mis miedos pero solo puedo ver mis visillos…

Es en ese momento cuando se forman dentro de mí fantasías que pueblan mi mente de sueños extraños, sueños que tapan la razón.

Voy a confesar algo cierto. Al tocar los visillos yo los atraigo, para que con sus punzantes filamentos se aferren y queden tatuados en mi interior y cubran las fantasías que soy incapaz de rellenar.

Por más que trato de alejarme de la ventana y no acariciar los visillos de mis sueños…, estos sueños… nunca se sacian de punzar y entonces es peor la cura que la enfermedad.

Soy un desastre, voy atreverme a tocarlos…lo voy hacer mientras que la noche embriaga mis ansias… y la vela que alumbra desde un rincón de la habitación y se consume lentamente, en la oscura celda de mi alma….

Humedezco mis labios como si fuera a decir algo, aunque soy consciente que estoy sola.

Levanto la mirada y la dirijo hacia los visillos, Creo escuchar una voz la voz proviene de ahí… me susurra serenamente…

-¿Conoces el Desván de los Sueños? El silencio me enmudece, pero osada respondo:

-Conozco muy bien el desván; te diré que siento: siento muchas cosas; un estímulo, una atracción fuerte que despierta mi ser, que me excita y me hace caminar por el filo de la locura.

Me gusta, soñar… mientras la vida me muestra la sabiduría y los estímulos nunca imaginados y la imaginación queda desnuda ante el deseo que ha provocado este visillo salvajemente sensual.

El silencio es tal que me asusta pensar que es real esa voz…

Es más de media noche, y no tengo sueño, no quiero dormir, prefiero disfrutar de este silencio, prefiero respirar esa tranquilidad que no siempre se entiende.

Estas cuatro paredes forman parte de mí y entre ellas, dirijo la mirada hacia los visillos mientras tras el cristal de mi ventana, veo unos ojos que me observaban curiosos. No le doy más importancia y continúo escribiendo y me siguen mirando mientras puedo comprobarlo desde el fondo del espejo de la pantalla. Devuelvo la mirada y por fin, sonreímos juntos. Con la mayor naturalidad.



Antes que vuelva a abrir y cerrar los ojos sorprendida, Sin girar la cabeza y con la mirada en la pantalla, le pregunto:

¿Quién eres, mi último deseo? ¿Lo que siempre he esperado? ¿Mucho más que todo eso? Dime algo. Pero la única respuesta que obtengo es el silencio.

Todo se detiene un segundo que se hace infinito. ¿Qué me está pasando esta noche? He escuchado una voz, y ahora veo unos ojos que me observan…

¡Uf…Otra vez esta absurda manía me invadirme!

Bajo la luz del escritorio… apenas me alumbraba con la de la pantalla del ordenador y al principio no le doy mayor importancia mientras continuo escribiendo esos versos que fluyen como lava que abrasa, llenos de fuego, deseo y pasión, susurrando sentimientos, que me hacen escapar del mundo entre nubes que son oasis de sombras y el sol me llena de luz y de vida.

Vuelvo a levantar mi mirada del ordenador y la dirijo hacia mi ventana. Solo le veo donde el escalofrío me hace sentir esa mirada y un suspiro rompe esa sensación…

Ahí seguían esos ojos que continuaban observándome fijamente. Su mirada era penetrante, dulce, le sentía cerca y lejos.

Vuelvo a centrarme en el teclado y profundizar en la amalgama de letras que intentan dar diálogo a las miradas suple la voz... Se que a veces las palabras sobran…,

Comienzo a hilar letras…

No soy yo quien te infunde miedo. Eres tú.

Sabes que no puedes dominar.

El impulso vital de poseerme.

No soy yo quien te detiene.

Eres tú.

Quien avanza y retrocedes.

El que siente y mata

El que vibra y calla.

No soy yo quien te imagina

En mi cuarto cada noche.

Eres tú

Y no sabes de entrega,

Pero aquí estoy.

Mi magia aparece en la noche

Mis ojos ardientes como el fuego

Te enciende, mis labios te invitan, y accedes

Mis brazos te envuelven y atrapan, no huyes

Mis manos ciegas recorren tu piel endiablada

Y me tomas, soy tuya



El miedo te sofoca, sudas ahogando sensaciones

Despiertas, despiertas cuando comenzaba

a invadirme tu deseo.

Cuando eras volcán y yo lava

cuando huracán y tu viento

cuando gritaban en silencio

nuestros cuerpos amarrados,

despiertas…

Y ni en sueños me tienes.



Uf…Me detengo y me pregunto si esos ojos siguen observándome curiosos… Tras el cristal. Llena de paz, me levanto y voy hacia la ventana. Esos ojos ya no están solo veo el reflejo de mi rostro en el….

Observo que mi reloj se ha vuelto loco, las horas pasaban lentamente, los minutos ni se notan, el corazón esta agitado, la intuición me anuncia que algo va a pasar, la sangre comienza a bullir por mi interior.

No se ve lo que no se debe ver, pero se intuye. Y sus deseos andaban revoloteando alrededor,

Creo que es tarde, apagaré el ordenador.

Pero los visillos de mis sueños, estos sueños… nunca se sacian de punzar.

Miro a izquierda y derecha, no hay nadie, pero la idea de que reobserve me hace tragar saliva.

¡Uf...! Media noche ya. El tiempo se termina. Tengo que dejar mi ordenador. Me voy con una sonrisa más por dentro que por fuera.

Pero de pronto los visillos lo acercaron lentamente y su voz traspasa, se extiende sobre la habitación con un eco suave y sutil. Me dejo llevar y al poco tiempo la sensación de placer explosiona como si un nuevo universo naciera en ese instante. Cruzo el umbral de los sueños y deseos, me adentro

-¿Quién eres?... Dime algo…

Nos miramos, su mirada se cruza cada vez con mayor intensidad.

Yo noto algo distinto en sus ojos... un deseo latente.

Siento sus manos. Me lleva lejos del cansancio, de las preocupaciones.... voy volando... Él me guía y no siento frío... Su calor me llena, sus manos cálidas, suaves, tiernas... Me hablan...Me trasladan... Me llevan lejos... Sentí paz y me abandoné por completo... Como si flotase, solo sintiendo.

Me atrapó el deseo de estar mucho más cerca de él... Le abracé todo su cuerpo astral, mientras él se entregaba al cálido e invisible abrazo... Fue cuando llegó el primer beso, el primer roce cálido, fue más dulce al principio, mas apasionado después…

Los polvos de hada surgieron su efecto y la magia se apoderó durante un tiempo difícil de determinar aunque parecía una eternidad.

- ¿Quién eres?... Dime algo…

¡¡Shhh!!No digas nada, mi dulce poeta, no me interrumpas.

Hoy deseo hablar contigo. Tengo algo importante que contarte.

Cierto día apoyé mi barbilla en tu ventana. Desde ese momento me inventaba las palabras, y en un papel se iban dibujando mientras hablaban nuestros ojos... No podía cerrarlos, tenía solo ese eterno momento, irrepetible, bello y sutil era la única oportunidad de hacer magia con las palabras y convertirlas en algo para contarte...

Sé que no puedo pretender que me comprendas cuando ni yo mismo lo hago. No sé si he llegado a enamorarme de mis propias ilusiones, pero tengo la certeza de seguir amándote, aunque no lo entiendas. No puedo negarte que algunas noches me recosté en el lecho de los sueños y creé para ti bellos poemas. Tu pluma me emociona, tus manos me subliman, tus labios me provocan, tu deseo me envenena; penetra en cada poro, impregnando mi piel de su aroma, calándome con su húmeda esencia.

No se debe contar los sueños mi niña, para que así se hagan realidad.

Mi dulce poeta… Sólo cuando los oídos escuchan y los ojos miran, la boca es llamada para hablar, pero sólo tenemos una y hay tanto que besar...

Sucedió sin haber pasado…

Desperté al amanecer… una extraña sonrisa y una dulce sensación me inundaba el cuerpo, soñaba que seguía a mi lado.

¡Qué extraña y dulce sensación la mía…! ¿Fue sueño?

¿Acaso no tengo y un beso en el cuello que no borra el agua?

¿Un sabor a miel, menta y canela sobre mis labios, y un olor intenso a placer en el ambiente?

¡Otra vez esta absurda manía me invadirme!

De todas mis experiencias, estoy segura que nunca tuve una así.

La magia se apoderó de mí durante un tiempo difícil de determinar,

Creo que es tarde… Pero no importa, no madrugo mañana…

La noche siguiente…

Necesito VERLE, sólo verle, su mirada sincera, tímida, silenciosa, cubierta de hilos, necesito que él me salve de esa angustia.